lunes, 10 de septiembre de 2007

El problema del origen de la moral en Rousseau y en Hegel

Resumen y tarea de filosofía social y ética.

El problema del origen de la moral en Rousseau y en Hegel
Por: Juan Sebastián Ohem

Hegel y Rousseau son dos filósofos extraordinariamente distintos, ni su itinerario filosófico, ni su método, ni sus ambiciones, ni sus gustos literarios siquiera, se parecen, es por ello que vale la pena contrastar y profundizar en dos perspectivas de un mismo problema. La cuestión por el origen de la moral se remite a la siguiente pregunta, ¿cuándo, cómo y porqué nace la moral? El cuando se refiere a la Historia, el cómo se refiere al mecanismo, si es natural al sujeto o si le es artificial y el porqué será contestado por ambos filósofos de manera distinta.

Para Rousseau la justificación de la ética, y prácticamente de todos los problemas (sociales e intelectuales incluso), tienen que ver, de un modo u otro, con la noción del buen salvaje. El francés sostenía que, en algún punto de la Historia, anterior a la Historia misma (es decir, a la escritura), los seres humanos vivían como animales, inocentes por completo y, de algún modo, bondadosos, pero que poco a poco se fue dando la sociedad, comenzando por la familia, que es el primer paso de la propiedad privada, la humanidad se condenó el día que inventó el concepto de propiedad privada. De este modo el francés puede depender de una fábula indemostrable, pero poética, donde todos los problemas contra los que se habría de enfrentar en su vida filosófica, podían ser reducidos al buen salvaje, y esto incluye por supuesto el problema del origen de la moral.

La moral nace, dice Rousseau, cuando el Hombre ya posee propiedades y se ve en la necesidad de defenderlas, la moral es entonces artificial al Hombre, e impuesta por algún terrateniente en los albores de la humanidad que, con toda la mezquindad del mundo, se inventó la idea de la bondad y maldad moral, y peor aún, la idea del remordimiento de conciencia. El pesimismo antropológico, y social, de este filósofo le conduce a una posición en la cual ha de admitir, por un lado, “la moral es en sí misma artificial, y en parte, causante de las desigualdades”, pero por otro lado se ve obligado, quizás por su contexto histórico a decir “pero nos es imposible regresar al estado natural, por lo que lo mejor que podemos hacer es buscar una moral universal”.

Siglos después Hegel, que si bien es completamente distinto de Rousseau, recurre también a la idea de la propiedad privada para explicar el origen de la moral, sin embargo no hará de la moral un artificio de algún mitológico terrateniente. La moral, en Hegel, nace en el momento del Espíritu Objetivo, y lo explica, como todas sus explicaciones, con su método dialéctico:
1.- La primera fase constituye la esfera del Derecho, el Hombre, consciente de su libertad, la vive apropiándose libremente de las cosas materiales, dándose así el derecho de propiedad. Lo que distingue las cosas de los seres humanos es que éstas no tienen derechos, no son libres, sólo pueden ser poseídas, o no serlo, pero no pueden poseer. Donde se asegura el derecho a la posesión del Hombre es en la Ley. La ley es la que impide la agresión y el robo; ésta ley es externa, su trasgresión se sanciona en castigos, pero es la que permite el ejercicio de una primera esfera de libertad en el hombre, el de la posesión.
2.- La segunda fase consiste en la Moralidad, aquí la ley, que era vivida como externa, se internaliza en el sujeto, ahora con la moralidad, la sanción se hace interna al sujeto, se mete en su conciencia. La ley moral, en tanto que interna al sujeto, se hace individual, ya que vale de forma interna en cada conciencia. En la tercera fase se evita esa individualidad sacando la moral del individuo al proyectarla para el bien común, que es algo objetivo y que por tanto producirá una moral objetiva.
3.- La tercera fase, es la Eticidad, la síntesis de las dos anteriores, recoge lo externo de la ley y lo interno de la moral dando lugar a una esfera moral objetiva. De lo que se tratará es de que el individuo adapte su voluntad particular con la voluntad racional, es decir con el concepto de una voluntad en sí misma universal. Por eso la ética desemboca en ética social o eticidad. Esta eticidad se dará en tres contextos: la Familia, la sociedad civil y el Estado.

Vemos entonces que, para Hegel, el origen de la moral es un proceso natural, en vez de una imposición artificial y más o menos arbitraria como dijera el francés, la moral nace cuando el Hombre se constituye como tal, es decir, tras el nacimiento de la conciencia humana y por tanto de su actuar en libertad, se da en un proceso dialéctico que acompaña a toda la realidad, de modo que si bien tanto Hegel como Rousseau apuntan a la propiedad privada como parte fundamental del origen de la moral, el alemán dará una explicación racional, contrapuesta al mito del buen salvaje.

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